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Número Febrero-2011

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HISTORIA DEL PETRÓLEO EN VENEZUELA
CREACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN DE PAÍSES EXPORTADORES DE PETRÓLEO (OPEP)

Por Eddie González

La Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) es un organismo intergubernamental cuya finalidad, desde su creación, es la de coordinar políticas de producción de este hidrocarburo con el objetivo de conducir a los países que lo producen a tener un precio rentable y un retorno de ganancias adecuado.
En los antecedentes de la creación de la OPEP tuvo destacada figuración Venezuela, en la persona del doctor Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien en 1959 desempeñaba el cargo de Ministro de Minas e Hidrocarburos en el gobierno del presidente Rómulo Betancourt.
A principios de ese año Pérez Alfonzo, viajó a Washington para quejarse ante el gobierno estadounidense, presidido por el general Dwight Eisenhower, por el racionamiento de la importación de petróleo extranjero a ese país, que afectaba principalmente a Venezuela, ya que 40 por ciento del total de sus exportaciones de petróleo iba a EE UU. Mencionó asimismo la baja de los precios del petróleo propiciada por las empresas concesionarias en los diferentes países, incluida Venezuela. La propuesta de Pérez Alfonzo era crear un sistema petrolero para el Hemisferio Occidental, pero gestionado por los gobiernos y no por las compañías privadas. Según él, Venezuela, como nación, obtendría una cuota, una participación garantizada en el mercado petrolero de Estados Unidos. Ya no estaría en manos de las compañías petroleras decidir de qué país productor iban a traer el petróleo. Lo que Pérez Alfonzo estaba pidiendo no era tan extraño; después de todo podía demostrar que ésa era la manera en que funcionaba el sistema estadounidense para el azúcar: cada país tenía su participación. El gobierno de EE UU no estaba interesado en la propuesta de Pérez Alfonzo; de hecho, no quiso ni responder. El gobierno de Betancourt se sintió insultado. Y Pérez Alfonzo buscaría a alguien que lo escuchara más atentamente en otro lugar: El Cairo.
Durante algún tiempo se había estado planeando la apertura en El Cairo, Egipto, del Congreso Árabe sobre el Petróleo, en abril de 1959. A la conferencia asistieron 400 participantes entre ellos Pérez Alfonzo y Abdulla Tariki, árabe saudita, personaje con conocimientos y experiencia petrolera (estudió química y geología en la Universidad de Texas, trabajó como geólogo en la empresa Texaco y se casó con una estadounidense), quien tenía ideas reformistas en cuanto al manejo del negocio petrolero, y por tanto era conocido como el “Jeque Rojo”; en 1948 regresó a Arabia Saudita, y en 1955, a la edad de 35, años fue nombrado para regentar una Dirección de Petróleo y Asuntos Mineros, de reciente creación. Durante el Congreso del Cairo, por intermedio de la periodista checoslovaca-estadounidense Wanda Jablonski, de la revista especializada Petroleum Week, se pusieron en contacto Pérez Alfonzo y Tariki. Los dos hombres acordaron que podrían hablar en secreto con los representantes de otros principales exportadores de petróleo, y fijaron como lugar de reunión un club náutico en Maadi, un barrio de El Cairo, que por ser tiempo de temporada baja estaba casi vacío. Las discusiones de Maadi se realizaron con tanto secreto y una  precaución tan extrema, que después de ellas el participante de Irán diría: “Nos hemos reunido en un ambiente de James Bond”. Entre los reunidos en el encuentro, además de Pérez Alfonzo y Tariki, estaban un kuwaití; el iraní, que todo el tiempo estuvo diciendo que estaba presente sólo como observador y que en ningún momento había recibido órdenes de representar a su país, y un iraquí, que estuvo presente como funcionario de la Liga Árabe. Dadas todas estas consideraciones, no podían llegar a un acuerdo oficial. Pero Pérez Alfonzo sabía cómo superar ese obstáculo: harían un ‘pacto de caballeros’, que sólo contendría recomendaciones para sus gobiernos. Todos firmaron el pacto sin dudarlo, con la excepción del iraní; estaba tan asustado de actuar sin autorización del Sha, que desapareció, y los demás llamaron a la policía de El Cairo para que lo encontraran y pudiera estampar su firma.

Los dos padres fundadores de la OPEP: Abdullah Tariki, el “Jeque Rojo” y primer ministro saudita del petróleo y el ministro venezolano de minas e hidrocarburos Juan Pablo Pérez Alfonzo.


Las recomendaciones del pacto, que finalmente denominaron “comisión coordinadora para la conservacion y el comercio de los hidrocarburos”, reflejaron ideas que Pérez Alfonzo había tenido en mente antes de dejar Caracas: que sus gobiernos estableciesen una Comisión Consultora de Petróleo, que defendieran la estructura de precios, y que establecieran compañías petroleras nacionales; a los gobiernos se les pedía también abandonar oficialmente el tan elogiado principio del 50-50% en la repartición de las ganancias por las ventas de petróleo y pasarlo por lo menos a un 60-40% a su favor. Además, deberían crear su propia capacidad nacional de refinación, que produjera todos los derivados del petróleo, y llegar a estar más integrados como productores-exportadores, a fin de “asegurar mercados estables”, y de este modo proteger mejor los ingresos de cada gobierno. En todas sus dimensiones, la propuesta como un todo, aunque secreta, fue un hito en la cambiante dinámica del sector petrolero; marcó los primeros pasos reales hacia la creación de un frente común contra las compañías petroleras. Y en lo referente a Wanda Jablonski, estaba como era habitual en ella, cerca del centro de la acción; había sido la artífice de una alianza que acabaría por ser la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP).
En agosto de 1960, las empresas que dominaban el mercado petrolero, conocidas como “las siete hermanas”, Exon, Mobil, Chevron, Texaco, Gulf, Royal Dutch/Shell y British Petroleum, acordaron unilateralmente una gran baja del precio oficial del petróleo. Ello hizo urgente la creación del organismo que Pérez Alfonzo y Tariki venían planeando. Para el 10 de septiembre se convocó una conferencia a realizarse en Bagdad por iniciativa de Pérez Alfonzo y Tariki, quienes señalaron que era necesario un instrumento de defensa de los precios para evitar el despilfarro económico del petróleo, que se agota sin posibilidad de renovarse.
Los presagios del encuentro no parecían especialmente buenos. Pérez Alfonzo tuvo que retrasar su salida de Caracas debido a un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Betancourt. La propia Bagdad estaba llena de tanques y soldados armados; el nuevo régimen revolucionario estaba en alerta ante la posibilidad de un golpe. Durante las discusiones hubo guardias armados detrás de cada delegado.
El día 14 el grupo había terminado y por fin quedaba constituida una entidad con que hacer frente a las poderosas compañías petroleras internacionales: la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP), con la presencia como fundadores de representantes de Venezuela, Arabia Saudita, Kuwait, Irak e Irán. Todos se comprometieron a actuar solidariamente en caso de que las compañías tratasen de imponer sanciones a alguno de ellos. Como primer Secretario General fue electo el delegado iraní, Fuad Rouhami. Se fijó como sede la ciudad de Ginebra, Suiza. La OPEP fue reconocida el 6 de noviembre de 1962 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por medio de su Resolución No. 6363; en 1965 trasladó su sede a la ciudad de Viena, Austria, gracias a las facilidades que le otorgó el gobierno austríaco.
A los países fundadores se sumaron Catar (1961), Indonesia y Libia (1962), Emiratos Árabes (1967), Argelia (1969), Nigeria (1971) y Gabón (1973). Ecuador formó parte de la organización desde 1973 hasta 1992, cuando se retiró, para reingresar cuando fue electo presidente de ese país Rafael Correa.
Por supuesto, contra la OPEP sostuvieron desde su nacimiento una virulenta campaña mediática voceros de las antes mencionadas empresas conocidas como “las siete hermanas”, que veían amenazados sus intereses.
La OPEP ha tenido altos y bajos, con diferencias y confrontaciones entre sus países miembros; han existido verdaderos combates por adjudicación de cuotas, y Ginebra y Viena, sedes consecutivas, han sido escenarios varias veces de estas contiendas. Por otra parte, Estados Unidos, el país de más alto consumo energético, ha manejado los escenarios, buscando autosuficiencia, como el “Proyecto Independencia” y su particular órgano, la Agencia Internacional de Energía; además de las frecuentes incursiones armadas como la Guerra del Golfo, invasiones a Irak y Afganistán y la actual agresión a Libia, país miembro de la OPEP, en complicidad con Francia y el Reino Unido.
Venezuela ha tenido relevante actuación en el llamado por sus adversarios ‘el cartel de los hidrocarburos’. A Juan Pablo Pérez Alfonzo se le consideró como “el Padre de la OPEP” y varios otros compatriotas han participado en su dirección, entre ellos Manuel Pérez Guerrero, Hugo Pérez La Salvia, Humberto Calderón Berti, Arturo Hernández Grisanti, Celestino Armas, Alirio Parra y Alí Rodríguez Araque.
Venezuela y su gobierno actual han sido enfáticos en señalar su irrestricto apoyo a la OPEP, pudiendo afirmarse serenamente que ello se ha logrado, independientemente del punto de vista político que uno profese o mantenga.
No se puede soslayar - y merece mención aparte - la actuación del presidente Hugo Chávez en relación con el fortalecimiento de la OPEP. Cuando se convirtió en presidente en diciembre de 1998 eliminó la nociva y tradicional práctica por nuestros ejecutivos petroleros de incumplir las cuotas de la OPEP, y redujo nuestra producción de petróleo para fortalecer los precios.

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, exigió a la OPEP cumplir con el objetivo de ayudar a combatir la pobreza en el mundo.


El 6 de agosto del 2000, Chávez partió de Venezuela para realizar un recorrido por 10 naciones pertenecientes a la OPEP, para invitarlas a participar en la II Cumbre de la Organización, fijada para realizarse en Caracas entre el 26 y el 28 de septiembre de ese mismo año. Durante ese viaje, se convirtió en el primer mandatario en visitar, con muchas dificultades, al presidente de Irak, Saddam Hussein, desde la Guerra del Golfo en 1991.
En la III Cumbre, efectuada los días 17 y 18 de noviembre de 2007, en Riad, Arabia Saudita, en la cual Chávez fue orador de orden, llamó a la OPEP a convertirse en un “actor geopolítico en la lucha contra la pobreza”; insistió, asimismo, en la necesidad de una OPEP más activa y participativa en los problemas que afectan al mundo y en especial a los países más pobres.

El presidente ecuatoriano Rafael Correa, firmó el reingreso de Ecuador a la OPEP.


Durante esa III Cumbre también se oficializó el reingreso de Ecuador a la OPEP, tras 15 años de ausencia.
La OPEP, que maneja alrededor de 40 por ciento del mercado petrolero mundial, tiene como contraposición la competencia de varios países: México, Reino Unido, Rusia y Noruega, quienes manejan alta producción y participación en el mercado “Spot” (entrega inmediata) que no se puede desdeñar y que sirve de equilibrio entre los diferentes mercados.
Hoy en día la OPEP está consolidada y firme, aunque son imprevisibles los cambios que pueden producirse como consecuencia de los conflictos políticos en Oriente y África, sobre todo en la asediada Libia.

TERCERA EDAD hace votos porque la OPEP supere todos sus problemas actuales y continúe campante en la defensa de los intereses de sus países miembros.

Fuentes consultadas:

* La Historia del Petróleo,
Daniel Yergin,
EE UU, Premio Pulitzer 1992

* www.wikipedia
* www.elperiodiquito.com

 Foto Cortesía www.aporrea.org

 

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